martes, 2 de junio de 2009

"Me duele el Centro Guadalupe".

Horacio Calle, mi profesor de psicoanálisis tenía razón. Las religiones son humanas, y no divinas. Desde ese punto de vista cualquier acontecimiento terrenal no tendría nada mas que respuestas de carne y hueso. Y como humanos, empezamos a ver como un descalabro económico mundial demorona las bases de las iglesias, y hasta su credo.

Estamos un junio del 2009, y hace pocos días la Diocesis de la ciudad de Madison, sin consultar o prevenir los efectos, se le ocurrió echar a la calle a todos los miembros de un Centro Católico de Ayuda local sin más explicaciones que falta de presupuesto, igual que las compañías de automoviles, bancos o empresas de construcción.

Lo que molesto de echo en si, es que a nadie de la Curia local le importó las cientos de personas de diferentes razas que se acercaban a este lugar para comer, aquellos que calmaban el hambre con su despensa, ni los miles de debotos católicos que encontraban en Centro Guadalupe un lugar para ayudar o para pedir auxilio. Ahora los defensores de la curia dirán que fue "la economía". Podra haber sido la economía pero pienso que si hubiera sido Jesús "el jefe del lugar" hubiera preferido mil veces sentarse a trabajar al lado de los demás para sacar adelante el problema, y no simplemente publicar un comunicado de prensa y esconder la cara.

Personalmente, me siento más católico que cualquiera, pero no porque me arrodillo todos los domingos a rezar, ni porque voy a misa periódicamente, ni me hecho agua bendita para borrar mis culpas, ni nada de lo rituales tradicionales, sino porque ayudar a los demás es parte de mi convicción para serlo. Y ese parte es lo esencial de ser católico, cristiano o de cualquier otra doctrina.

Haber cerrado las puertas de Centro Guadalupe y su capilla interior, es como si cerrará la iglesia, guardando la proporciones, porqué la gente no da más limosnas o porque no hay dinero para abrirla. De cuando aca, la Biblia o cualquiera de los evangelios hablan de un "Pay per view" para poder abrir las salas ecleciásticas.

Los templos son simplemente lugares de oración, pero los más importantes son los lugares de ayuda, donde realmente se practica o se materializa los que tanto se predica.

La Iglesia y sus líderes "intocables" deben de empezar a ver a sus fieles como personas que necesitan, y no como personas que proveen.

Yo en lugar del Padre Morlino, hubiera vendido mi carro, hecho una radioton, una fiesta, un bingo, hubiera ido personalmente a las empresas a pedir ayuda, etc. Pero es tan alto el nivel de pontificado que rebajarse a hacer esto por una comunidad, es simplemente impúdico. O será porque este es solo un "centrico" donde van a pedir ayuda los latinos y afroamericanos. Minorias en todo caso. Que tal si hubiera sido otro lugar? Realmente, me causa un conflicto interior entre lo que tanto me enseñaron los Jesuitas durante más de 11 años entre la secundaria y universidad católica, y lo que realmente tiene que ser la Iglesia.

Al fin de cuentas, lo que molesta no es que hayan cerrado el Centro Guadalupano, sino que los que debieron haberlo mantenido abierto, no hicieron nada. Y no hablo de los empleados, sino de la curia de Madison, WI.

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